lunes, 7 de septiembre de 2009

Una dulce decepción. Sobre "El búfalo de la noche", de Guillermo Arriaga

El búfalo de la noche, por Guillermo Arriaga
Editorial Belacqva
P.V.P: 17 €

Una dulce decepción

Es la segunda entrada y ya incumplo lo que anuncio en el frontispicio de este blog. Cierto: no es para mí esta novela un libro imprescindible, ni la recomendaría como tal. Sin embargo, gracias a ella me permito algunos comentarios sobre uno de los vicios que más me perturban en las obras: la estructura de lo diálogos.

La sensación de vértigo y velocidad de una historia que transcurre en pocos días, donde hay sucidio, flashbacks, infidelidades, robos, tiros y sexo, se ve lastrada por un vicio común en las novela -en las narraciones, en general, orales o escritas: los constantes cortes en la lectura para aclarar quién o cómo dijo algo alguien. Tanto más innecesario cuanto que la mayoría de los diálogos son entre dos personas, con atmósferas previas muy delimitadas y que hacen innecesaria cualquier aclaración en las conversaciones.

Aunque no le guste la definición a Guillermo Arriaga, era previsible que su literatura tendiese a la adaptación al cine y se valorara su figura como guionista. Su antigua sociedad con Alejandro González Iñárritu le ha hecho conocido entre nosotros con películas tan valoradas como Amores Perros, 21 Gramos y Babel. Como guionista (de nuevo, mis disculpas al autor) es de celebrar su trabajo en Los tres entierros de Melquiades Estrada. Confieso que no conozco su trabajo como director. Desconozco también la adaptación de la obra que comento ahora. Sin embargo, las dos obras que he leído me han aburrido en muchos momentos; lastrada por la previsibilidad de lo imprevisible (sí, cualquier cosa puede suceder para que encaje la trama, y la falta de coherencia en la misma hace que el lector se canse), por cierto acartonamiento y lugares comunes, ni la historia en sí ni la estructura son remarcables.


No conozco las cifras de venta de Arriaga, ni en España ni en Latinoamérica; creo que queda claramente por debajo de la tradición literaria de su país y de muchos escritores latinoamericanos contemporáneos, y por supuesto por debajo de su obra adaptada al cine. Sin embargo, a él le debo algunas de las historias que más me han gustado en los últimos años (siempre me trae algún recuerdo de mi favorita Paris-Texas), y si, tal y como él dice, un guionista es un escritor más allá de la forma pública que adpote la historia que crea, el balance Arriaga no puede ser sino positivo. Espero sus adaptaciones con ansia, no tanto sus libros.







3 comentarios:

  1. Pues la adaptación es insoportable, no se te ocurra perder el tiempo.

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  2. Pero si es tan malo, ¿por qué vende tanto? ¿A lo mejor vosotros sois de los exquisitos que solamente quieren novelas sesudas? Sus películas son geniales, y sus novelas no pueden ser malas. No me lo creo

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  3. Bueno, JL, la verdad es que yo no he hecho una asociación entre venta-calidad. Muchas veces esta asociación falla, la mayoría de las veces porque libros extraordinarios se quedan sin ventas. En cualquier caso, hay libros que se han vendido mucho y que me parecen malos (ej: "Soldados de Salamina"). Es el criterio de cada cual. Lo que yo te animo es a que leas el libro y juzgues por ti mismo.

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